lunes, 20 de noviembre de 2006

AL FIN SIN GAUCHOS

Por Martín Fernández.


El turismo de estancia es una buena oportunidad para estar un fin de semana en el campo disfrutando de un bucólico paisaje pampeano. El problema que suele presentarse es que apenas uno puso un pie en el casco, viene una tropa de gauchos haciendo destrezas; otros, boleadoras en mano provocando un ruido infernal y un par de chinas con vestidos floreados repartiendo empanadas fritas en grasa a quien se cruce en su camino. Y uno que buscaba un poco de tranquilidad.

Al segundo día, cuando nuestro nivel de acido úrico está por las nubes y nuestro humor por el piso, los anfitriones terminan de arruinar nuestra salud con una chocolateada con pastelitos de dulce de batata (fritos en grasa, obviamente).
Para los que prefieren alejarse de la tradición de escuela primaria de estos lugares pero mantenerse cerca del ambiente campero, San Pablo Hotel & Restaurant es una elección oportuna.

En la estancia art nouveau de fines del siglo XIX no hay gauchos, ni empanadas fritas, ni mucho menos asado. Al fin y al cabo uno va a descansar y no a un acto del día de la tradición.

El restaurant tiene un menú variado con cocina gourmet donde ofrecen platos delicadamente preparados. Destacan el wok de cerdo y el ceviche que están a tono con la onda étnica que invadió la gastronomía. Los más conservadores pueden elegir crocantes de ave o de ternera que son milanesas con la diferencia que en vez de estar hechas por tu mamá están preparadas por un chef gordo. No se aderezan con mostaza sino con salsa de guacamole. Les dije que era cocina gourmet.

Después del almuerzo podemos hacer una vuelta a caballo o en bici por los caminos rodeados de eucaliptos; o meternos de lleno en las reservas donde podremos ver algunos animales simpáticos como liebres, mulitas y uno que otro zorro. También nos podemos encontrar con un lagarto o una culebra, al fin y al cabo estamos en el campo, no?

Si no queremos tanta emoción podemos quedarnos en la pileta tomando sol o tirarnos en una reposera en el parque.

Las habitaciones son confortables y algunas de ellas tienen hidromasajes. Después del baño, podemos tomar unos tragos en el bar o relajarnos un poco viendo el atardecer desde el napoleónico salón imperio.

San Miguel del Monte está a diez minutos y por la autopista se llega desde Buenos Aires en una hora y media.

Para los que buscan salidas originales, Estancia San Pablo es una manera de ir al campo sin volver con olor a asado.

Estancia San Pablo
Ruta 215 Km 101, San Miguel del Monte.
http://www.campitosensanpablo.com.ar/

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